martes, 4 de febrero de 2014

Capítulo 3.

Me encontraba caminando reflexivo entre aquella horrible masa de aficionados, no entendía a aquella chica. Siempre desaparecía sin una razón lógica, quizá me viese cara de tonto, en fin, no le di mucha importancia, al fin y al cabo sus razones tendría. Saqué el teléfono movil, las cuatro y media de la madrugada, tenía una llamada perdida, era de Alex. Decidí devolvérsela, justo despues de la cuarta señal respondió:
-Tío, ¿dónde te has metido?, tenemos problemas, vente al barrio del Retroceso ya. -Respondió muy nervioso.
- Espera, ¿qué pasa Alex?, ¿al Retroceso tío? Eso esta al otro lado de la ciudad, ¡tardaré una media hora en llegar!
- No hay tiempo, píllate el carro de la dire, debe de estar dónde lo dejé al terminar la carrera, basta con chocar el cable azul y el rojo y arranca.
-Pero, ¿tú que te has metido?, ¡no he conducido en la vida!
-Alguna vez tendría que ser la primera, ¡espabila!
Me colgó y yo me apresuré a por el coche, estaba asustado, ¿qué era eso que tanto asustaba a Alex? Fuera lo que fuese, algo pintaba muy mal.
Después de una larga búsqueda encontré el mercedes de la directora, me había dicho el cable azul y el rojo, los choqué varias veces hasta que el coche arrancó, y justo cuando estaba a punto de acelerar un hombre de unos 23 años, de  pelo engominado y chaqueta de cuero negra abrió la puerta:
-¿Y tú quién coño eres mocoso?, este buga no es tuyo tío, sal de ahí o me temo que tendré que hincharte la cara a ostias.
-Este, "buga" es de mi amigo Alex. Así que date el piro amigo. Yo me largo.-Pisé el freno, el hombre se estaba riendo de mí a más no poder.
-Mira chaval si vienes a gastarme una broma la llevas clara. Con ese arte para robar coches, vas a hacer que me crea tu historia, aunque para ser amigo del Potro no esque seas muy hábil, anda, baja de ahí y ponte al otro lado, déjame enseñarte como se hace chavalín.- Me monté en el lado del copiloto, otro remedio no me quedaba, y aquel tío parecía de pocas amistades.-Por cierto, soy James.
-Harry.
-Bien, ¿dónde largabas?
-¿Eh?
-¿Qué dónde ibas?
-Al Retroceso.
-¿El Retroceso? Tío, no sabes dónde te metes.
Aceleró, a aquel hombre le gustaba la velocidad.
-Y, ¿qué te lleva por ese puto barrio de camellos?
-Parece ser que El Potro esta en un buen lio. 
-¿El Potro está en problemas?, ¡haberlo dicho antes loco!- James aceleró aun más.
-Ten cuidado tío, vas muy deprisa.
-Tú sique deberías tener cuidado chico.- Me abroché el cinto, y James me miró y empezó a reir.
-Normalmente el cinturon se pone al comenzar el viaje, no al terminarlo.-James pegó un frenazo, dio marcha atrás, y aparcó el coche en un abrir y cerrar de ojos.
-¿Hemos llegado ya?
-Parece ser que sí.-Dijo James con un tono irónico, y se quedó mirándome fijamente como si tuviese la obligación de hacer algo. Yo le devolví la mirada con un gesto de desconcierto, pero finalmente James se decidió a preguntarme.-Bueno... ¿Y ahora dónde hay que ir?
-No lo sé. Alex no me dijo nada más qué que vinese aquí.
-En fin. A este muchacho cada día se le va más la perola. Baja del coche anda que le voy a llamar.
Bajamos del coche. James marcó el número y después de mucho comunicar Alex no respondió.
-Nada tío. No contesta.
-Espera que le llamó yo por si no te quiere contestar a tí o algo.
-Como quieras tronco, yo me voy a echar una meada ahora vengo.
-Vale.-James se fue detrás de unos contenedores que había en la acera de enfrente. Yo marqué el número de Alex y en cuanto empezó a comunicar James me gritó:
-¡Tìo ven aquí rápido!
-¿Qué pasa?
-¡Pues qué cojones va a pasar!¡¿Es qué no lo estás viendo?!-Miré al frente, pero no ví nada que me causase sorpresa alguna.
-Yo no veo nada.
-Normal, estás encima.-Miré hacía abajo. Había un movil al lado de mis pies. Era el de Alex sin duda.
-Genial... ¡De puta madre!, ¿y ahora qué coño hacemos?-Me empecé a poner muy nervioso.
-Pasa el móvil.
-Toma.-Se lo dí.-¿Qué vas a hacer?
-Quizá aquí haya alguna pista de dónde puede estar.-Miró el movil por unos minutos y al final concluyó. -Hijos de puta...  Vamos, creo que ya se dónde está El Potro.
-¿Dónde vamos?
-¿Te suena de algo el Carde?
-Sí, por supuesto. Es el concesionario del tío ese. El señor Leonard.
-Exacto, pues el tal Leonard ya representaba a otro en las carreras, un tal Jonnathan Chante. Ese hijo de puta se enteró de que Leonard iba a cambiarle por El Potro y ahora quiere deshacerse de él. Alex tiene un SMS de Chante, se citan a las cuatro y cuarto, justo después de la carrera, en el Carde.
-Entonces, ¿qué hacemos?¿vamos al Carde?
-Sí, con un poco de suerte seguirán allí.
Caminamos unas dos o tres calles hasta llegar al Carde. Durante el corto trayecto James y yo ibamos hablando, conociéndonos más a fondo. James era un tipo duro, pero era muy buen tío. Me había contado muchas cosas sobre él, su padre era el dueño de una taller de vehículos trucados. Todo el que participaba en las carreras callejeras acudía a él. Conocía a Alex desde sus comienzos. Me había contado, que un día, cuando era pequeño, mientras estaba ayudando a su padre en el taller, un chico de unos 8 años se acercó y empezó a contemplar con gran atención y sin decir una palabra cómo trabajaban.
-¿Te puedo ayudar en algo chico?-Preguntó el padre un poco sorprendido de ver a un niño solo por ahí.
-Sabe señor, creo que si pusiese esto así, y quitase esto otro el coche correría más.-Dijo señalando un par de aparatos de el vehículo.
-Sí... Puede que tengas razón, no se me había ocurrido muchas gracias muchacho. -Respondió el padre muy desconcertado, y este desconcierto le llevó a la pregunta. -Pareces saber mucho sobre coches, dime, ¿dónde has aprendido?
-Mi padre era piloto de carreras. Me gustaba verle competir. Él mismo fabricaba sus propios coches, yo le observaba y aprendí mucho.
-Solo he conocido a un hombre capaz de competir con sus propios coches... Sabía que esa mirada me sonaba, si no me equivoco, tú debes de ser el hijo de El Potro. ¿Me equivoco?
-No, señor.
-Es un placer conocerte, tú padre y yo eramos muy buenos amigos, pero desde que dejó de competir, no he vuelto a saber nada de él ¿qué tal está ?
-Murió hace ya un año...
-Oh... Lo siento de verdad, no tenía ni idea...
-No pasa nada, para mí, es un heroe. Murió haciendo lo que más quería, competir, de mayor seré como él.- Al chico se le iluminó la mirada.
-Pues si eso es lo que quieres, yo me comprometo a ayudarte en todo lo que pueda. Este es mi hijo James, estoy seguro de que seréis muy buenos amigos.
Y así fue... Poco tiempo después mataron a la madre de Alex por una vieja deuda de su padre. Alex entró en el internado y allí le conocí yo. Con trece años participó en su primera carrera, y con quince, ya era conocido como El Potro en toda la ciudad...

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