sábado, 15 de junio de 2013

Capítulo 1.

Era una noche muy fría y oscura, los copos de nieve caían suávemente sobre el andén de la estación y habían formado ya, una enorme capa blanca que ocultaba las vías, estaba solo, y únicamente tenía para protegerme del frío, un gran abrigo que la vieja de la tienda de souvenirs de la esquina de enfrente me había regalado, estaba un poco roto, pero como me quedaba unas cuatro tallas más grande, me abrigaba. Aún estaba esperando a mamá, normalmente no tardaba tanto nunca. No se cuantas horas pude esperarla, se estaba haciendo ya de día. Miré el reloj de la estación, los dos palitos marcaban el seis, era la hora a la que nos solíamos despertar normalmente antes de que empezase a acercarse gente. Imaginé que hoy no vendría nadie, pocos trenes podrían circular con las vías así. Ví acercarse a mí un anciano, que se sentó a mi lado y mirandome muy extrañado dijo:
-¿Qué es lo que hace un pequeñín como tú, por aquí tan pronto?- Me miró con curiosidad, pero yo no contesté. Miré al suelo y el anciano prosiguió. -¿No será que te has escapado de casa?, mira yo una vez cuando tenía tu edad...- Le interrumpí.
-Estoy esperando a mi mamá señor.
-¿Dónde ha ido tu mamá?
-No lo sé, ayer, después de cenar, salió a hacer un recado y aún no ha vuelto.
-Pero chico, ya casi es hora de desayunar, ¿llevas mucho esperando?
-Desde que el palito grande marcaba el 12 y el pequeño el 9.-Señalé el reloj.
-Será mejor que vengas conmigo muchacho, te llevaré con tu mamá, ¿vale?
-Mi mamá dice que no vaya a ningún lado con desconocidos.
-Entiendo... Espera aquí un momento, ahora vuelvo.
Me quedé dormido esperando al anciano, tenía mucho sueño ya que no había dormido en toda la noche, luego, pasado un buen rato, el anciano volvió con un agente de policía.
De lejos podía escuchar su conversación:
-Y dice usted, ¿que el niño le ha dicho que su madre lo dejó aquí ayer a las nueve de la noche y aún no ha vuelto?
-Así es, me lo acabo de encontrar en el andén casi congelado... Pobre criatura.
-Bien, será mejor que lo llevemos a comisaría.
El policía se acercó a mí, me movió un poco para despertarme y me dijo:
-Chico, ven conmigo, te llevaré con tu mamá, ¿vale?
-¿Está mi mamá con usted?-Dije adormilado y frotándome los ojos.
-Si hijo, tu mamá está conmigo, ven, aquí  hace mucho frío.
Seguí al policía de la mano hasta su coche, después, fuimos hasta la comisaría y me dijo que me sentase en una silla, que enseguida vendría. A continuación, el policía volvió con una mujer muy gordita y bajita, que con cara de pena me dijo:
-Pobre pequeñín, estás helado.-Me tocó la frente.-Y tienes mucha fiebre.
-¿Puedo ver ya a mi mamá?
-Sí, pero antes ven conmigo, te daremos de desayunar y te cambiaremos esa ropa, vas a coger una hipotermia.
-Pero, ¿después me llevaréis con mi mamá?
-Si... Vamos, ven conmigo...
La señora me llevó hasta un edificio que había justo enfrente de la comisaría, y una vez dentro me llevó hasta una habitación:
-Creo que esto servirá, es muy grande, pero aquí no tenemos otra cosa.-Dijo mostrándome unas prendas unas cuatro tallas mas grandes que la mia.-Rápido, quítate esa ropa y ponte esta, no quiero que te pongas peor.
Me desvestí y me puse la ropa limpia, después, la seguí hasta una estufa, ella me dijo que me quedase ahí, que me iba a preparar algo de desayunar, y al rato volvió con una gran taza.
-¿Qué es esto?
-Chocolate caliente,¿no te gusta?
-Nunca lo he probado.
-¿En serio?, ¿qué sueles desayunar?
-Lo que me traiga mi madre, normalmente, la señora de la tienda de souvenirs me da un vaso de leche caliente con pan.
-Pobrecillo...-Murmuró.-¿Cómo te llamas?
-Harry.
-Bien Harry, ahora que ya estás más tranquilo, ¿puedo hacerte unas preguntas?.
-Claro.-Contesté, y bebí un trago largo que me manchó la nariz, ella sonrió, el chocolate me gustaba.
La mujer se tomó un tiempo para hacerme preguntas como, el nombre de mi madre, dónde vivía, en qué trabajaba, quién era mi padre, si tenía hermanos... Yo le respondí a todo con peros y señales, después, me llevó a la habitación y me dejó dormir.
Fueron horas de larga siesta, no había dormido en toda la noche,y aquella cama era muy confortable, cuando desperté, "ojalá nunca lo hubiera hecho", me acerqué a la puerta del salón, y antes de entrar oí al policía que me encontré al principio, estaba esperándome en el comedor, yo solo pensaba en "¿dónde está mi madre?", "¿por qué estoy con estas personas en este sitio?", el policía estaba hablando con la señora gordita. Hablaban de mi madre:
-El niño me dijo que su madre se llamaba Aurora, y que vivían en la estación con su hermanita.
-Sí, tiene que ser ella. Prostituta, viuda y además homicida, un bonito curriculo. Cambia de ciudad cada vez que la gente empieza a conocerla, tiene dos hijos Harry, que es el mayor de cinco años, y Avril, la pequeña de tan solo tres. Los dos pasan a estar al cargo de los servicios sociales.
-¿Qué es lo que pasó?
-Asesinada, la niña empezó a llorar y los vecinos encontraron a la madre tirada a su lado.- Entré en la sala.
-Oh, Harry, ¿ya te has despertado?-Dijo con voz de pena la señora gordita.
-Sí, ¿me llevaréis ahora a ver a mi mamá?
-Verás, cariño, tu mamá no puede venir ahora, pero te llevaremos a un sitio donde estarás con muchos niños como tú hasta que venga. ¿Vale?
-Pero, yo quiero ir con mi mamá y con Avril.-Empecé a llorar.
-Iras con Avril, ella ya está allí, vamos, te llevaré con tu hermana.-Asentí con la cabeza limpiándome las lágrimas y me fui de la mano con la señora.

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